Día de la Poesía. Día de Soren Peñalver

Día de la Poesía. Día de Soren Peñalver
Fotos de prensa-Soren Puerta Museo Gaya

Fragmentos de "Dos veces en el mismo río- Soren Peñalver

Nazilli, 11 de Agosto (Tarde)

En el camino que lleva a la Clásica ciudad de Afrodisias, existe un pequeño cementerio musulmán algo descuidado. No tiene sombra de cipreses ni palmeras, ni otros árboles o arbustos; sus únicas flores son las que espontáneamente crecen con la primavera. La sombra sobre las tumbas la proporcionan algunos alfóncigos (Pistacia vera); con el producto de su "cosecha de nadie" los muertos pagan su alquiler, su habitación del olvido o eternidad. Sobre todo los muertos pobres. Comí el fruto de sus ramas cuando estaban aun por agostar; tenían la cáscara como la de ciertas nueces, el oleaginoso sabor a resina, pero dentro la pulpa era deliciosa, verde claro, dulce, envuelta en la delicada película rosada de la piel.

Los muertos lo abonan todo con sus esencias que ya no son nada o son todo. los frutos, deliciosos, absorben, por las raíces a las ramas, adheridos a los miembros viejos, toda fuerza y humores de lo que fueron aquellas vidas. los muertos no deben nada por tal arrendamiento, después de tanto abandono, y a través de las generaciones en el olvido.

Doganyurt-Jögü (Alabanda), 12 de Agosto (mañana)

Alabanda: miel de la inhóspita cardencha, ahora en el esplendor de su flor malva. Gentes amables (hombre sobre todo, mujeres huidizas, niños madrugadores). En la falda de la montaña, entre las cardenchas altas, las ruinas pétreas de lo que pudieron ser pórticos y soportales, a juzgar por los pilares cilíndricos, que al parecer son los extremos de los antiguos edificios, algo enterrados. Ismael, uno de los pocos jóvenes que aquí viven (la mayoría ha emigrado a Alemania o Dinamarca), viene hacia mí. Podemos entendernos perfectamente, para su sorpresa; él dice que muy bien lo de ir solo sin compromiso. Él ya está casado a los veintidós años, y con tres hijos y otro en camino.

Aquí me trajo la atracción de un nombre prestigiado por un poema, un hermoso y largo poema de un poeta alemán amado desde la primera juventud.

No me defraudó el lugar, todo lo contrario. Alabanda me puso en contacto con ese estado del espíritu que proporciona el campo en estado puro, los lugares ahora abandonados de lo que un día fueron monumentos. Un día dije aquello de que el desierto no es sino la expiación de la cultura, de una soberbia intelectual y artística. Todo cambia. Todo esto tendrá la expectación del turismo un día; volverá a tener interés cuando la paleta del arqueólogo entre a fondo en esta tierra de cardenchas y piedra oscura.